«La gestión de las expectativas, la legitimidad y el propósito corporativo son aspectos decisivos que las empresas deben abordar al operar en entornos públicos, para anticiparse a los múltiples retos y oportunidades, actuales y futuros.»
Directora asociada | Área de Salud de VINCES
Las personas que me conocen saben que soy una persona activa e inquieta ‘intelectualmente hablando’. Por eso, los fines de semana son un deleite que intento exprimir al máximo. Disfruto con mi familia de las cosas más sencillas, valorando cada uno de los momentos que la vida nos ofrece. Me gusta mucho (¡diría que muchísimo!) la lectura y escritura. Leo géneros y autores diversos porque considero que la riqueza de incorporar diferentes ‘miradas’ siempre me ha parecido una ventaja competitiva.
Un clásico del mundo empresarial que me gusta analizar es la carta de Larry Fink a CEOs. En la misiva de este año destaca la importancia del propósito empresarial, de la creciente importancia de la sostenibilidad, del papel social de las empresas y de la gobernanza corporativa y su influencia en la relación de la empresa con sus diferentes públicos de interés. Es imperativo trabajar por la legitimidad de las compañías como actores fundamentales del desarrollo sostenible. Y ¿por qué es tan relevante?
En primer lugar, porque los entornos públicos están en constante evolución y las expectativas de la sociedad respecto a las empresas y organizaciones que operan en ellos también están cambiando; evolución y transformación que necesariamente implican una serie de desafíos para la gestión de las expectativas, legitimidad y propósito corporativo.
«La gestión de las expectativas implica ser transparente y comunicar de manera efectiva lo que la empresa está haciendo para cumplir con su propósito corporativo y contribuir al bienestar social y económico»
Desde el punto de vista de los asuntos públicos, disciplina que versa sobre la planificación estratégica de las relaciones entre una organización y su entorno, incluyendo a gobiernos, instituciones públicas, sociedad civil, medios de comunicación y otros actores relevantes, la gestión de las expectativas implica ser transparente y comunicar de manera efectiva lo que la empresa está haciendo para cumplir con su propósito corporativo y contribuir al bienestar social y económico.
Del mismo modo, la legitimidad también es un concepto fundamental en los asuntos públicos, ya que se refiere a la aceptación y reconocimiento de la autoridad y el poder de las instituciones y líderes que gobiernan y toman decisiones en nombre de la sociedad, permitiendo mantener la estabilidad y cohesión social, y fomentando la confianza de la ciudadanía en sus líderes y en las instituciones del Estado. Por ello, de nuevo, se logra a través de la construcción de relaciones sólidas y de confianza con los grupos de interés más relevantes.
En cuanto al propósito corporativo, las empresas deben asegurarse de que su propósito sea auténtico y esté integrado en todas las áreas de la empresa, desde la estrategia hasta la cultura organizacional. Debe estar enraizado en la ética y los valores, permitiendo demostrar cómo están haciendo una contribución positiva a la sociedad.
Por todo lo anterior, la gestión de las expectativas, la legitimidad y el propósito corporativo son aspectos decisivos que las empresas deben abordar al operar en entornos públicos, con una visión transversal y multidisciplinar, comprendiendo los espacios potenciales de opinión pública para anticiparse a los múltiples retos y oportunidades, actuales y futuros.
Y como el escritor inglés Simon Sinek nos recuerda con su «Sueña en grande. Empieza en pequeño. Pero, sobre todo, empieza’’, pues bien, empecemos, si no lo estamos haciendo ya, a considerar los nuevos entornos públicos y la gestión de las expectativas de nuestros grupos de interés.